Empezamos un nuevo año, también en la política municipal, y en estas fechas es habitual echar la vista atrás, hacer balance e incluso expresar algunos deseos para el nuevo período.
2016 no ha sido un año fácil, por ejemplo para muchas trabajadoras de la limpieza de edificios municipales y centros escolares, algunas de ellas en situaciones muy vulnerables, cuyo despido ha marcado sin duda buena parte del debate político del año. Han quedado para el recuerdo grandes discursos que luego han enmudecido, explicaciones confusas y contradictorias, promesas ahora irrealizables y sobre todo, la evidencia de que, una vez ejecutados los despidos, el trabajo de estas personas era necesario para mantener nuestras instalaciones en un nivel de limpieza digno (instalaciones educativas, deportivas o el mercado de abastos, por citar alguna). La moción de censura sobrevenida el pasado verano cambió las posiciones que ocupaban algunos miembros de la corporación, pero no ha supuesto ningún cambio a mejor para estas trabajadoras.
Y 2017 no se presenta más calmado, pronto se espera la renovación de las contratas de recogida de basura y limpieza viaria y aún es una incógnita si en estas nuevas licitaciones primará el criterio exclusivo del ahorro económico o se considerará también la calidad de los servicios recibidos por la ciudadanía.
En materia de personal hemos observado la nueva política consistente en no renovar contratos y amortizar plazas de trabajo (obras, conserjes, museo arqueológico, servicios sociales, medio ambiente,…), como se vio en la reciente aprobación de los presupuestos y catálogo de personal, que sin embargo, sí prevén la contratación de varias personas para la administración central del ayuntamiento. Estas políticas, unidas a una planificación deficiente, han dado como resultado en los últimos meses que instalaciones deportivas, educativas o culturales estuvieran cerradas al público en sus horarios habituales. Sería bueno que se gestionaran mejor los recursos municipales para evitar que vuelvan a darse estas situaciones en el futuro.
Las subvenciones a asociaciones sociosanitarias también fueron protagonistas del pasado año, en que se aprobaron la ordenanza de subvenciones y las bases de las mismas. Ambas propuestas contaron con importantes aportaciones y mejoras por parte de Compromís y esperamos que la aprobación definitiva resulte beneficiosa para las asociaciones sociosanitarias de nuestra ciudad, dada su gran labor, especialmente después de haber pasado un “año en blanco”. Por nuestra parte, seguiremos defendiendo la actividad de las asociaciones locales de todo tipo, por su importancia en la dinamización de Novelda y el necesario apoyo del Ayuntamiento a las mismas.
Y no puedo acabar sin mencionar a nuestros conservatorios de música y danza que se han convertido en unos “clásicos” en este escaso año y medio de mandato, si bien parece ser que el cambio en el equipo de gobierno ha ayudado a centrar el debate. Hoy sabemos que las cifras de matrícula en el Conservatorio de Danza, con una propuesta de tasas pactada con la comunidad educativa, nos dan la razón y permitirían recaudar más ingresos incluso bajando los precios y haciendo estos servicios educativos esenciales más asequibles. Ojalá en este 2017 se dejen a un lado los mantras repetidos una y otra vez y se caracterice por valorar mejor las propuestas de la oposición, más consensos y más diálogo. Novelda lo merece.
Carles Sala Penalva